Hay que levantarse ya con ritmo. Primero, lento para no marearte. Cuando ya estés medio despierto hay que acelerar un poquito pasando a un andante moderado y a medida que va discurriendo la jornada pienso que hay que darle vidilla e ir pillando el allegreto. Así hasta que es día termina que volvemos al lento para degustar la jornada que hemos pasado.